Tengo
56 años y soy veterinaria. Cuando empecé en el mundo laboral me di cuenta lo
difícil que era para una mujer entrar en algunos sectores de trabajo, como en
la ganadería. Siempre me había imaginado trabajando en el campo entre vacas,
cabras…
Los
ganaderos preferían llamar, cuando tenían algún problema, a un hombre que a una
mujer.
La
situación hoy en día no tiene nada que ver. Las mujeres, con nuestro esfuerzo,
nos hemos hecho sitio en la profesión, pero esto es una victoria por la que
debemos seguir peleando en todos los ámbitos profesionales.
La
agricultura y la ganadería son unos de nuestros “hándicap”. No me refiero a las
y los obreras, sino a los equipos directivos. ¿Cuántas mujeres hay ocupando
altos cargos en estas empresas sin ser propietarias?
Quiero terminar haciendo alusión a la siguiente noticia:
El presidente del Consejo Andaluz de
Colegios de Médicos considera un problema la feminización del sector de la
medicina
Antonio Aguado señala que la mayor
presencia de mujeres "agrava la medicina privada porque la mujer tiene
mayor tradición de conciliación familiar, tiene que atender a sus hijos, los
embarazos o cuidar de la casa en muchas ocasiones"
Me
parece increíble y una vergüenza.
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